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  • Foto del escritorIván Uranga

¿Qué es el amor?

Actualizado: 20 mar 2019


Somos energía y luz en un envase temporal llamado cuerpo.


Desde siempre, incluso antes de nuestra concepción, el amor ha determinado lo que somos, si corrimos con suerte recibimos una gran dosis de éste mortal elemento en el momento mismo de nuestra concepción, y durante nuestra gestación e infancia la cantidad y la calidad de ésta materia prima va a ser determinante para nuestro desarrollo hasta nuestra muerte y más allá. ¿Pero qué es el amor?


Un principio de la física es que la materia se transforma y que toda forma de energía es materia. La luz es materia a alta velocidad, el pensamiento es materia, son nuestras millones de neuronas organizándose para tomar un poco de cada una de sus partículas y crear un pensamiento nuevo.

Los estímulos que lo desatan son múltiples y están determinados por el entorno de cada neurona, es decir; por el todo. Cuando estos estímulos nacen de nuestras hormonas surge una nueva forma de partículas que es la energía sexual, esta involucra no sólo a las neuronas, involucra a cada una de nuestras células y su herencia genética, de ahí vine la primer atracción al otro. En tanto se siga estimulando a las neuronas y a las demás células este proceso que llamamos enamoramiento irá en aumento. Existe otra forma de materia importante involucrada en todos estos estímulos que es el sonido y si es a través de música y palabras suaves junto al mar, ¡qué les cuento! Para aquellos que sigan creyendo que el sonido es onda, pronto descubrirán que la onda es materia. La energía de la luz, del sonido y del pensamiento puede comportarse como onda o como partícula.


Entonces podríamos definir en una primera etapa que el enamoramiento nace de nuestra necesidad genética de apareamiento para la perpetuación de nuestra especie. La sobre-estimulación hormonal nunca es superior a los 12 meses, en tanto que es el tiempo genéticamente programado para concebir. Esta concepción del enamoramiento no descarta el enamoramiento entre el mismo sexo, porque el estímulo hormonal y total del cuerpo es igual aunque no sea posible la concepción, por lo que podemos afirmar que el enamoramiento nunca transita el camino de la lógica o la razón, hasta aquí el amor es ciego y primitivo.


Imaginemos todo lo que se involucra cuando tenemos una relación sexual ¿Tienen idea de la cantidad del intercambio de energía que se da? ¿Con cuánta información de esa persona nos estamos quedando en nuestro campo de energía?

Esa otra materia-partícula-energía está dentro de nuestro cuerpo tal como tus sentidos lo perciben; imagina cada una de tus partículas interactuando como luz con la luz de otro. Se van quedando pedazos de ti en ese otro ser y te quedas con algo suyo, que ahora ya es parte de ti. Por lo que deberíamos tener más consciente con quienes nos compartimos y las razones para hacerlo, supongo.


Las parejas que no aprovecharon estos primeros meses para construir una relación que no estuviera basada en el sexo no podrán sobrevivir esta etapa, porque todo este proceso que comentamos anteriormente comenzará de nuevo y casi siempre será con una tercera persona, porque la parte animal está ahí siempre presente, así que sólo aquellos que lograron compromisos que apelen a la conciencia, como la culpa, un hijo o hija, un compromiso social, la convicción sobre la relación o la militancia en el otro, podrán permanecer con su pareja y los que no, verán terminado su idilio y comenzarán el ritual de apareamiento con otro humano o se lamentarán un tiempo.


Después de éstos 18 meses las parejas que permanezcan juntas lo harán bajo dos premisas básicas; por interés o por convicción. Quienes permanecen por interés las motivaciones son tantas y tan distintas como el dinero, el poder, los hijos, la comodidad, la manutención, la seguridad y hasta la costumbre, son relaciones de pareja que siguen los cánones establecidos, implica el auto-sacrificio y de estas parejas no vale la pena ocuparse. Recomendaría nunca quedarse junto a alguien que no te respeta por más amor que creas sentir por el o por ella, siempre es mejor irse con el corazón roto pero con el amor propio y la dignidad entera.


Los que permanecen en sus relaciones por convicción son los interesantes, porque justo aquí es donde comienza el amor de pareja.

Es un proceso consciente de construcción permanente motivado por el bienestar del otro; aquí el amor no es ciego, se convierte en un amor con los ojos bien abiertos, donde vemos todos los defectos del otro o de la otra y aun así queremos compartir la vida con él o ella, aquí es donde amar se vuelve un acto de valentía, de resistencia para construir una relación que nada tiene que ver con lo establecido, porque cada relación revoluciona y evoluciona; adquiere un forma propia en donde nuestra utopía va desde ver a los jóvenes construyendo juntos una vida, hasta la silueta de dos mujeres o dos hombres, un chico blanco y una chica negra, un barrendero y una abogada o una joven escritora y un viejo fotógrafo caminando de la mano en la playa, la montaña, el parque o el mercado. Aquí no caben ni príncipes ni princesas, es un estado en donde deja de importar cuantas parejas podríamos encontrar en la tierra y nos comenzamos a preguntar cuánta tierra hay para esta pareja, cuánto mar, cuántas montañas y comenzamos a caminar juntos hombro con hombro sin perder la identidad. Pero ni todo el amor es suficiente para compartir tu vida con alguien, lo único que te hace permanecer es el respeto.


No hagas, no pienses y sientas por el otro, sería mi mejor definición de respeto.

Cuando en una relación comenzamos a hacer lo que le toca hacer al otro nos faltamos al respeto, si limpiamos, cocinamos o trabajamos por el otro creamos estructuras de poder que nos dañan, si existe un acuerdo explícito de convivencia en donde se establezcan roles temporales es factible, pero cualquier situación permanente de roles es sumisión. Cuando en una relación comenzamos a presuponer que es lo que piensa el otro alteramos un acuerdo básico de convivencia y daña la autoestima, es necesaria la verbalización de todo, si queremos saber que piensa el otro es mejor preguntar, hasta en el sexo siempre es mejor saber de forma explícita que es lo que le gusta o no al otro o a la otra. Cuando comenzamos a pretender sentir por el otro, con expresiones como “tú ya no me quieres” comenzamos a perder el amor propio, siempre es mejor decir lo que sentimos y lograr que la pareja diga lo que siente.


No existe una forma correcta de amar, el amor es incorrecto.

Cada ser humano forja su forma de amar al otro o a lo otro, incluso a uno mismo como otro. No hay la mínima posibilidad de amar “igual” porque el amor emerge de individuos; sólo las madres intentan engañar diciendo que aman a todos los hijos por igual, cuando todos sabemos que no es cierto, siempre existe “el consentido” y sí hay hijos e hijas el consentido siempre será un varón. No se preocupe, esto no tiene que ver con el amor, es una condición genética que explico un poco en el artículo “Cuánto vale un óvulo” en esencia tiene que ver con la perpetuación de los genes, por lo que la incondicionalidad en los humanos sólo se da de las madres hacia un hijo en específico, nunca una hija y nunca en ambas direcciones. Para aquellas que son hijas únicas o que solo tiene hermanas, habrán notado una extraña preferencia por parte de madre a un novio o yerno, esto se debe a la misma condicionante que emerge de los genes y que proyecta en un varón alfa su posibilidad de perpetuidad.


En todo caso la primera posibilidad de un amor eterno y bien correspondido siempre está a la mano y es amarnos.

Después procurar amar todo lo que hacemos, hacer solo lo que amamos, seguro que viviendo así, nuestra materia encontrará la compatibilidad armónica con otra materia que con un poco de paciencia y mucha determinación llegará, y sí ya llegó, no olvide que debe cultivar y respetar ese amor, procurarlo todos los días, porque como cualquier ser vivo si no siente la luz, no bebe y se alimenta, se muere.


Todo lo que hagamos en torno al amor el universo lo agradece y no es por una percepción filosófica si no física, todas las partículas emanadas del amor se transforman en una materia nueva que formará parte de otro ser ¿y qué materia no querría estar formada de partículas de amor? nunca olviden que somos luz y energía dentro de un envase temporal llamado cuerpo.

Nada está perdido; hoy el atardecer es noticia.


La vida es una construcción consciente.

Iván Uranga

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